Aún al momento de comenzar a escribir estas líneas estoy pensando que no tengo tiempo para hacerlo. De hecho, pospuse su escritura casi dos semanas. Una de esas veces estaba totalmente solo en el apartamento; acababa de llegar y mi esposa estaba llevando a nuestra hija a la escuela de ballet, y me disponía a escribir cuando deje los papeles en la repisa cerca de la cama. La razón: no tenía tiempo.
No tener tiempo se ha convertido en la principal razón, o mejor sería decir estigma, para no hacer algo, o posponerlo. Cuántas veces hemos dejado de hacer algo, por solo aparentar que somos personas ocupadas.
Trabajamos todos los días para garantizar el sustento y los estudios de nuestros hijos. Dedicamos ocho o más horas a conducir, responder mensajes, hacer reportes, vender, fabricar algo o a dar algún servicio. Un día completo para pasarlo lejos de la familia y de lo que verdad importa. Pero no tenemos tiempo para nosotros. Nos estamos convirtiendo en una manada de autómatas con miedo a salirnos de la rutina.
Al final de cada quincena, llega el anhelado sueldo y el pago de las cuentas. Pagamos los estudios de nuestros hijos, pero no podemos ayudarles en sus tareas. No podemos siquiera ver sus garabatos en el cuaderno de artes. Pagamos un apartamento o una casa en la cual no vivimos. Hacemos una compra de alimentos y no podemos comer o cenar junto a la familia. Cada cual por su lado. Porque no hay tiempo.
Buscando en mi memoria, recuerdo el almuerzo en familia todos los días. Mi hermano y yo llegábamos de la escuela, mis hermanas dejaban todo lo que estaban haciendo y nos sentábamos a comer con nuestros padres. Mamá era siempre la última en sentarse, si alguna vez lo hacía. Pero estábamos juntos. Es lo que importaba.
Ahora tengo que esperar mis días libres para poder compartir la mesa con mi hija y esposa. Pero esa es la excepción. Lo más posible es que en mi día libre tenga que hacer algo que he dejado pendiente durante la semana. Ir al banco, arreglarle algo al carro, visitar a los abuelos, ir al doctor. Lo que sea tengo que hacerlo corriendo para que me alcance el tiempo.
Al igual que yo, hay por ahí muchas otras personas que no tienen tiempo. No tenemos tiempo de vivir. No tenemos tiempo de disfrutar nuestro limitado tiempo en este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario