Me siento solo. En el mundo actual, me pueden considerar fácilmente un desajustado social. No tengo blackberry, ni Iphone, ni Ipad. El celular Samsung que tengo, solo recibe llamadas y emisoras FM. Su cámara me permite tomar fotos con una fantástica resolución de 640x480dpi. También tiene una luz de antorcha, muy conveniente, que puedo usar para leer en el bus. Mi pobre cuenta de facebook solo tiene las fotos que unas pocas personas me han enviado. Principalmente familiares. No tengo ni doscientos seguidores en Twitter. Técnicamente no estoy a la moda. Bueno, aún uso Hotmail.
Si solo tuviera treinta mil seguidores a quien contarles mis problemas y pedirles consejo. Si solo tuviera quince mil amigos a quien le gustaran mis fotos, todo sería color de rosa y mi vida sería más fácil.
No creo seguir soportando esta vida. Solo tengo a mi esposa y mi hija para hablar en la casa, a mis 20 compañeros de trabajo para charlar, a mis padres para pedirles consejo, mi hermano para enviarle fotos y hablar algunas veces; y mis hermanas para reunirme con ellas en las fiestas.
Esto no puede seguir así. Prefiero recibir actualizaciones de alguien que viva en Japón, recibir un comentario de alguna chica americana o quizás un “like” de parte de alguien que viva en México.
Hay personas que tienen tanta suerte en este mundo. Cuarenta mil seguidores en Twitter, Cincuenta mil amigos en Facebook. Solo imaginar poder tener esas personas disponibles para cuando surja un problema en mi vida, me da miedo. Sesenta mil amigos a quien pedirles consejo, Ochenta y seis mil seguidores que me dieran los buenos días cálida y sinceramente todas las mañanas. Novecientas mil amigos a quienes les gusten mis fotos.
Mi vida no sería igual ¿O sí?
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