domingo, 2 de abril de 2017

Hacer la fila

Las soluciones a los problemas no tienen que ser complejas. No importa el problema, si nos vamos a su origen, encontraremos una forma sencilla de evitar que siga afectando nuestra vida; personal o social.

Suena a ingenuidad. Lo se y no necesito que nadie me lo diga. Estoy convencido de que así es. Pero es mi
punto de vista, al menos tengo uno y lo se expresar. No como otros que carecen de el y otros que teniéndolo, no saben como sacarlo a la luz.

Este desorden en el cual vivimos pudo haberse evitado simplemente si hubiésemos aprendido a hacer la fila en la escuela primaria. Hacer la fila antes de entrar al curso, al salir al patio, al volver del recreo. Hacer bien la fila, nos hubiese enseñado muchas cosas. Pero fallamos.

La fila nos enseña a respetar, esperar. Nos enseña a conocer nuestro lugar y a defenderlo. Nos enseña a mirar las personas a nuestro lado y a ver que esas personas también tienen un lugar, un tiempo. Un turno.

Me causa vergüenza ajena ver a mis contemporáneos, con hijos y nietos, querer saltarse su lugar o pasar por encima de los demás en las actividades mas simples de la vida cotidiana.

Eso mismo ha causado la corrupción. Nadie quiere esperar. Nadie quiere respetar. Todo el mundo quiere pasar por encima de los demás; personal y socialmente. En un infinito "Quítate tu, para ponerme yo".

Y ahora marchamos. Es irónico. Ahora queremos organizarnos con colores verdes, amarillos, azules. Cualquier color. Para identificarnos y ser parte de un grupo. De una moda. De una nueva forma de lucha. Pero aún nos pisoteamos en lo mas profundo de nuestro ser. Aún cuando luchamos juntos, nos pasamos por arriba unos a otros reclamando un lugar personal que se aparta del grupo.

Vamos a enseñar a las futuras generaciones a respetarse, a esperar, a hacer su fila, a tomar en consideración a los demás. Vamos a enseñarles el significado de empatía y pertenencia. Solo así podremos hacer algo para que ellos tengan la oportunidad de luchar bien sus luchas.

viernes, 20 de mayo de 2016

La Princesa Independiente

LA PRINCESA INDEPENDIENTE

En un país lejano, vivía una princesa que se llamaba Mia. Era joven, una adolescente independiente, un poco autoritaria. Amada por su padre y mimada por su cariñosa madre, creció rodeada con todas las comodidades junto a su hermano menor Ryan. En la época de esta historia, Mia tenía unos 17 años, era dos años mayor que su hermano. Era alta, esbelta, con un pelo negro y dócil. Sus ojos grandes y negros, reflejaban la viveza de espíritu que había atrapada en ella.

Vivía en un reino rodeado de altas montañas y amplias praderas. Desde temprana edad aprendió a pintar, inspirada por los bellos paisajes que adornaban las vistas del majestuoso castillo. Como toda señorita de la época recibió clases de baile, canto, música; con lo cual pasaba las tardes, los días y las noches.

Al poco tiempo de cumplir sus 18 años, las cosas cambiaron. Mia se preguntaba por qué no le dejaban montar a caballo como a su hermano; quien vivía muchas aventuras todos los días junto a los guardias y criados durante cacerías, y salidas a exploraciones. Ella quería entender porque se sentía como un adorno de la familia, siempre arregladita y con un grupo de sirvientes a su alrededor que no la dejaban valerse por sí misma. Mia se dio cuenta que no quería seguir viviendo de ese modo. Se sentía atada. Aprisionada entre mimos y atenciones, que ella no deseaba.

Pasaba tiempo mirando desde su balcón el vuelo de las aves, la distancia del horizonte, escuchando el rumor del río al que no le dejaban visitar por miedo a que se lastimara o encontrara alguna bestia.

Así que un día decidió salir del castillo sin consultarlo con sus padres. Sigilosamente se dirigió por uno de los pasillos del servicio y salió sin que nadie le viera. Al principio, nadie lo notó. Todos creían que estaba encerrada en su cuarto pintando o haciendo alguna manualidad. Pero al atardecer, a la hora del té, su madre y los criados la extrañaron porque nunca llegaba tarde; por lo general ella les animaba cantando o tocando algún instrumento.

Por lo tanto, su madre mandó a que le buscaran en su habitación. Luego de unos minutos, el criado volvió corriendo con la cara pálida y respirando precipitadamente. Al verle, la reina se sobresaltó y quiso saber de inmediato que había sucedido con su hija. Cuando el criado le dijo que la niña no estaba en su cuarto, la reina pegó un grito al cielo y todo el reino le escuchó.

Muchos sirvientes se acercaron a ayudar, el rey y sus guardias también se presentaron para averiguar que le sucedía a la reina .Ryan, quien estaba en las caballerizas, también se fue al castillo junto a su lacayo.

Algunos se reunieron y emprendieron una búsqueda por las cercanías del castillo. Otros fueron con el rey al pueblo, y Ryan fue a las praderas con su lacayo y algunos guardias. Al cabo de unas horas, casi al caer la noche, el lacayo de Ryan vio pequeños trozos de tela en la rama de un árbol camino a una cueva vacía. Mia era muy astuta y sabía que la buscarían. Así que decidió dejar un rastro engañoso para ella regresar mientras le buscaban.


Para el final de la noche, ya todos estaban cansados y se regresaban al castillo para reunirse y organizar la búsqueda del día siguiente. La reina y el rey estaban acongojados y desesperados porque no habían encontrado a su hija.

Inesperadamente, escucharon como se acercaban unas pisadas por el pasillo central y alguien empujaba la puerta del salón. Para sorpresa de todos era Mia que volvía a casa. Su madre y su padre la abrazaron y la llenaron de besos, quisieron saber qué había sucedido y su hija se lo contó todo.

Mia los enfrentó y les dijo que ya estaba cansada de estar como aprisionada en el castillo. Ella les pidió que la dejaran explorar de a poco y salir a conocer más. Mia les contó sobre el paisaje que vio, les contó que el rio no era peligroso y que había visto muchos peces y aves a su alrededor. Ella les pidió perdón a todos, pero al mismo tiempo les pidió su ayuda para conocer un poco más el mundo exterior.

Su madre y su padre accedieron. Su hermano se propuso para acompañarla algunas tardes a lo que ella se negó, prefirió ir con su dama de compañía y dos guardias.

Luego de lo sucedido, las pinturas de Mia se volvieron más coloridas, sus canciones y bailes más animados y en definitiva todos se sintieron más alegres. Mia había logrado lo que quería, que le tomaran más en serio y le permitieran tomar sus propias decisiones.

Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron así lo cuento.

FIN

domingo, 22 de diciembre de 2013

Los libros que leí en el 2013

El año 2013 fue uno de los años mas lentos para mi lectura. Lento en el sentido de la cantidad de libros que pude completar, pero quizás uno de los años donde mas provecho hice de mis experiencias.

En este año no me han faltado personas inteligentes con las cuales compartir mis lecturas. Oídos atentos y sinceros que luego se abocaron a buscar algo que leer y compartir conmigo.

También quiero celebrar que regalé un libro a una persona que llevo poco tiempo tratando, mi colega Ronny Mazano @RonnyRMR, quien lo apreció mucho y hasta le presté otro libro el cual también le gustó según el. Los libros en cuestión fueron "El extranjero" de Albert Camus y "El Túnel" de Ernesto Sábato.

Otra persona que me alegra haber influenciado en este año es a otro colega y compañero de trabajo, Máximo Linares @desdebavaro, quién retornó a disfrutar del maravilloso mundo de la lectura. Entre los libros que se leyó están "La Isla bajo el mar" de Isabel Allende y también "El extranjero" de Albert Camus.

También el 2013 fue mi año de integración activa en las redes sociales. Para afinar mi gusto y compartir mis lecturas empecé a seguir en twitter a las cuentas de @queleer y @tulibrodo. Se las recomiendo. Hay muchos temas y personas interesantes por conocer y que también siguen estas cuentas.

Bueno, ya basta de hablar sobre lo que otros han leído. Ahora, voy simplemente a nombrar los libros que leí en 2013 y sus autores. Sé que es una injusticia para quien ya ha leído todo lo anteriormente expresado, pues sus expectativas con respecto a mi lista quizá sean más que leer los títulos de los libros. Mis disculpas a ellos.
  1. El extranjero - Albert Camus
  2. El huésped - Albert Camus
  3. La peste - Albert Camus
  4. El caso Bourne - Robert Ludlum
  5. El mito de Bourne - Robert Ludlum
  6. El ultimátum de Bourne - Robert Ludlum
  7. Viento frio - René del Risco Bermúdez
  8. La fiesta del Chivo - Mario Vargas Llosa
  9. Como agua para chocolate - Laura Esquivel
  10. La metamorfosis - Franz Kafka
  11. Memorias de mis putas tristes - Gabriel García Márquez
  12. Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll
  13. Alicia a través del espejo - Lewis Carroll
  14. Cumbres Borrascosas - Emily Bronte
  15. El principito - Antoine de Saint-Exupery
  16. La máscara de la muerte - Edgar Allan Poe
  17. El retrato oval - Edgar Allan Poe
  18. Berenice - Edgar Allan Poe
  19. El cuaderno de Maya - Isabel Allende
  20. De amor y de sombra - Isabel Allende
  21. El hombre bicentenario y otros cuentos - Isaac Asimov
  22. Los ladrones de cadáveres - Robert Louis Stevenson
Muchos personas se sorprenderan con lo variopinto de mi lista de libros. Pero como he dicho a través de mi cuenta en twitter leo todo lo que llegue a la mano. Por supuesto que hay excepciones, hay algunas obras que inicié y las deje en el primer o segundo capítulo como fueron los casos de EL ANTICRISTO de Nietzsche, EL MITO DE SÍSIFO de Albert Camus, EL MIEDO A LA LIBERTAD de Fromm, ente otros. No los he descartado por completo, pero creo que no era el momento de leerlos.

Ahora solo me resta darle las gracias a quienes tomen nota de los títulos enumerados con anterioridad y tambien felicitar a quienes tuvieron un 2013 lleno de aventuras entre las páginas.

sábado, 9 de marzo de 2013

Me siento solo

Me siento solo. En el mundo actual, me pueden considerar fácilmente un desajustado social. No tengo blackberry, ni Iphone, ni Ipad. El celular Samsung que tengo, solo recibe llamadas y emisoras FM. Su cámara me permite tomar fotos con una fantástica resolución de 640x480dpi.  También tiene una luz de antorcha, muy conveniente, que puedo usar para leer en el bus. Mi pobre cuenta de facebook solo tiene las fotos que unas pocas personas me han enviado. Principalmente familiares. No tengo ni doscientos seguidores en Twitter. Técnicamente no estoy a la moda. Bueno, aún uso Hotmail.
Si solo tuviera treinta mil seguidores a quien contarles mis problemas y pedirles consejo. Si solo tuviera quince mil amigos a quien le gustaran mis fotos, todo sería color de rosa y mi vida sería más fácil.
No creo seguir soportando esta vida. Solo tengo a mi esposa y mi hija para hablar en la casa, a mis 20 compañeros de trabajo para charlar, a mis padres para pedirles consejo, mi hermano para enviarle fotos y hablar algunas veces; y mis hermanas para reunirme con ellas en las fiestas.
Esto no puede seguir así. Prefiero recibir actualizaciones de alguien que viva en Japón, recibir un comentario de alguna chica americana o quizás un “like”  de parte de alguien que viva en México.
Hay personas que tienen tanta suerte en este mundo. Cuarenta mil seguidores en Twitter, Cincuenta mil amigos en Facebook. Solo imaginar poder tener esas personas disponibles para cuando surja un problema en mi vida, me da miedo. Sesenta mil amigos a quien pedirles consejo, Ochenta y seis mil seguidores que me dieran los buenos días cálida y sinceramente todas las mañanas. Novecientas mil amigos a quienes les gusten mis fotos.
Mi vida no sería igual ¿O sí?

jueves, 14 de febrero de 2013

Cosas buenas…

Es extremadamente bueno…
Saber que he sido creado a imagen y semejanza del ser con el amor más puro, limpio y noble que puede existir en el universo. Mi madre.

Es muy bueno…
Haber nacido del vientre de una mujer tan bella y cariñosa, cuyo amor es puro y duradero. Mi madre.

Es muy bueno…
Saberme querido por mis familiares y por la compañera que he escogido para vivir todos los días que por delante me quedan.

Es muy bueno…
Haber vivido y llegado a la edad que hoy tengo, siempre con la esperanza de que en mis manos tengo todas las posibilidades de triunfar y sabiendo que yo puedo ser lo que quiera ser.

Es muy bueno…
Poder ver el final de un día que se ha visto nacer con un sol que te sonríe y te dice ¡ven que te quiero dar un abrazo!

Es fantástico…
Saber que esta noche pasará y que mañana se despejaran todas las sombras que pudieron haber en ella.

Es bueno…
Saber que siempre hay una razón para sonreír, en todas las situaciones, por pequeña que sea esta razón.

Es muy bueno…
Haber tenido y tener la oportunidad de conocer tanta gente buena y linda que de alguna u otra manera han aportado algo a nuestras vidas.

Es muy bueno…
Ver la sonrisa de los niños en sus caras cuando juegan o cuando se dirigen a las escuelas para convertirse en la zapata del futuro de nuestra sociedad.

Es muy bueno…
Acercarme al pecho de mi esposa y escuchar su corazón latir como si mencionara mi nombre.

Es muy bueno…
Escuchar canciones que fueron inspiradas en el amor, pero aun es mejor saber que hay personas a las cuales todavía les interesa escucharlas porque tienen una razón para hacerlo. Una razón para amar.

Es bueno…
Que llegue la Navidad y que consigo lleguen los aguinaldos, los regalos, las ilusiones, el doble sueldo, lo dominicanos que viene del extranjero a su patria querida y el frío que motiva a los novios a abrazarse y besarse más.

Pero lo mejor de todo y lo que pone las cosas mucho más buenas es que estoy seguro, muy pero, muy seguro de que cuando termines de leer estas líneas, seguirás pensando en cosas mejores o igualmente buenas, y eso me hace feliz.

miércoles, 30 de enero de 2013

DESESPERADO

Te vas

¿Quien te invitó a mi vida?

Atrevida

Porque apareciste?
No recuerdo el día en que lo hiciste,
Solo el beso que me diste,

Ósculo delicado y duradero
Que como cadena de acero
A mi corazón ató
A mi conciencia mató
Y como esclavo me tiene

¡Dime tú! ¿Como te atreves a ofrecerme libertad?
A decirme que te vas
Y que mi vida me entregas

¡Dime tu! ¿Por qué te alejas?
Como caballo en pradera
Luego de haberme tirado a rodar por el suelo

Grito mirando al cielo
¡OH! Dios como pudiste!
¿Por qué a esta mujer hiciste aparecer en mi vida?

¡OH! señor detén su ida ó llévame a mí con ella…

Y te vas

Te llevas mis suspiros
Mis sentimientos contigo
Mis planes, mis alegrías
Mi alma queda vacía

Tu equipaje has preparado
Y dentro de él te has llevado
Mi vida, mi corazón
Recuerdos por montón
Que tú misma creaste

¡Mira tú como vaciaste!
Mi pecho en ese bulto
Ya nada tengo oculto
Pues todo te lo has llevado
Y hoy me apartas de tu lado
Como a un perro callejero

Me apartas, pero no quiero
Estar lejos de tu lado
Dime si has imaginado
Mi vida sin tenerte…

No dejaré de quererte
Siempre esperando estaré

Sólo me quedaré,
Abrigando la esperanza
De que ese con quien te lanzas
¡A ti te deje también!

sábado, 19 de enero de 2013

EX NOVIOS


8:15 de la mañana, un día cualquiera. Ella estaba parada en la esquina, como todos los días, esperaba el autobús que le ayudaría a transitar el trayecto finito y le llevaría al trabajo.

Luego de transitar una pocas cuadras, hice una parada más, recogí un pasajero mas. Pudo haber sido cualquier persona, un niño, una mujer, pero era un hombre. Un hombre cualquiera, un hombre común y corriente para todos los pasajeros del autobús. Excepto para ella.

Fue como si se hubiesen estado esperando el uno al otro. Era un encuentro que había de producirse tarde o temprano, y ellos lo sabían, pues hace dos años se conocieron en este mismo autobús.

Los pasos de él eran cortos al principio, buscando una salida, otro camino, pero su conciencia le llevó junto a ella. Deseando pagar alguna deuda, alguna condena.

- ¡Buenos días! ¿Está ocupado?
- No
- ¿Puedo?
- Por su puesto.

Él se sentó y permaneció en silencio junto a ella. Un silencio obligado, como si la corbata le molestara, como si esa misma corbata se encogiese a cada giro de las ruedas del autobús. Le ahorcaba. Miraba el reloj y miraba a su alrededor, como si los segundos se hubiesen esfumado para hacer eterno ese momento. El sudor corría por su cara y su cuello. Todas las palabras hervían en su cabeza mientras se preparaban para dirigirse a su garganta, y le provocaban una respiración pesada al no dejar pasar el suficiente oxigeno para que sus neuronas funcionaran, y le hacían sentir mas calor de lo normal. Un calor que le quemaba las entrañas, un calor que le hacía sentir todas las penas que ella una vez sintió por culpa de él, al haberla dejado.

Ella, por su parte, ahora es fuerte, es bella, se sobrepuso de sus pesares. Volvió a retomar el apetito luego de varias semanas de que él la dejara; se había curado de ese mal de amor al que sin razón alguna él, una vez la condenó. Sin una explicación, sin un adiós, sin un porqué. Solo porque sí y nada mas. Todo ha quedado en el pasado, para ella ya no hay sufrimiento ni rencor, sino, solo una vida por delante, como la carretera a este autobús que conduzco.

Los minutos pasan, sin embargo, para él el momento es eterno. Su cuello no soporta un movimiento mas, sus ojos parpadean, queriendo tener alas para volar y no tener que mirarla a los ojos, a esos ojos que una vez lloraron hasta enrojecer por su culpa. El sudor de sus manos le ha obligado a sacar el pañuelo que otra le había regalado.

Ya se decide. Algo le dirá. Se acerca la mano con el pañuelo a la boca. Tose.

- ¿Dime como has estado? Él pregunta.
- ¡Chofer parada! Ella exclama. – Permiso caballero, aquí me quedo.

Y se fue, y lo dejó allí. Atragantado de palabras, de excusas, de preguntas sin sentido, pues a ella, ya no le interesaban.